El Siamés tiene la reputación de ser un compañero amigable, inteligente, parlanchín que puede exigir mucha atención. A menudo posee una voz fuerte y un reclamo insistente que algunas personas les parece molesto.
Los gatos siameses solían tomar parte de los funerales de los reyes tailandeses. Se los colocaba dentro de la tumba del monarca y cuando salían por un orificio dejado para tal propósito, se decía que el alma del rey había entrado en el gato como parte de su viaje a la siguiente vida.
Cuerpo: De talla mediana, largo y esbelto; las patas traseras más ligeramente elevadas que las delanteras; garras pequeñas y ovales; cola larga y estrechándose hacia la punta.
Cabeza: Larga y bien proporcionado sobre un cuello elegante, la cabeza y el perfil en forma de cuña; las orejas bastante erguidas, grandes y anchas en la base.
Ojos: Almendrados de tipo oriental, distanciados entre sí. Siempre deben ser azules y si es más intenso mejor.
Pelaje: Corto, de textura agradable y lustroso, pegado al cuerpo.
Colores: Patrón general de color claro en el cuerpo y extremidades oscuras. Punto foca, azul, chocolate y lila. Rojizo, crema, tortie, punto atigrado en estos colores.
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